El programa de televisión «Un, dos, tres… responda otra vez» fue uno de los concursos más emblemáticos y exitosos de la televisión española. Creado por el legendario Chicho Ibáñez Serrador, el programa se mantuvo en antena durante 10 etapas, desde 1972 hasta 2004. Durante todos esos años, «Un, dos, tres» se convirtió en un fenómeno de la televisión, con una legión de seguidores y unas azafatas icónicas que se convirtieron en auténticas estrellas. En este artículo, vamos a ahondar en la historia de «Un, dos, tres» y en la importancia de las azafatas en el programa.
Chicho Ibáñez Serrador: creador del programa
Hablar de «Un, dos, tres» es hablar de Chicho Ibáñez Serrador, uno de los más grandes genios de la televisión española. Nacido en Uruguay en 1935, Ibáñez Serrador se trasladó a España en la década de 1960 y se convirtió en uno de los pioneros de la televisión en nuestro país. Fue en 1972 cuando creó «Un, dos, tres», un formato innovador que revolucionó la televisión en España.
Chicho Ibáñez Serrador tenía una visión única para la televisión y supo conectar con el público de una forma nunca vista antes. Con «Un, dos, tres», Ibáñez Serrador mezclaba el entretenimiento con el humor y la cultura, creando un programa que no solo era divertido, sino que también educaba a los espectadores. Su capacidad para contar historias y su habilidad para crear personajes inolvidables hicieron de «Un, dos, tres» un programa único en su género.
Azafatas icónicas de Un, Dos, Tres
Uno de los elementos más característicos de «Un, dos, tres» fueron sus azafatas. Estas hermosas y elegantes mujeres se convirtieron en auténticas estrellas del programa y en iconos de la televisión española. A lo largo de las 10 etapas del programa, hubo varias azafatas que dejaron una huella imborrable en la memoria de los espectadores.
Una de las azafatas más conocidas de «Un, dos, tres» fue Mayra Gómez Kemp. Esta carismática y talentosa presentadora se unió al programa en la sexta etapa y rápidamente se convirtió en una de las favoritas del público. Mayra Gómez Kemp no solo era una cara bonita, sino que también demostró su talento como animadora y presentadora. Su presencia en el programa fue fundamental para su éxito y su personalidad encantadora le valió el cariño de los espectadores.
Otra de las azafatas icónicas del programa fue Miriam Díaz-Aroca. Esta actriz y presentadora se unió a «Un, dos, tres» en la séptima etapa y también ganó el corazón del público. Con su belleza y su simpatía, Miriam Díaz-Aroca se convirtió en una de las caras más reconocibles de la televisión.
Evolución del programa a lo largo de sus 10 etapas
«Un, dos, tres» tuvo una evolución interesante a lo largo de sus 10 etapas. En cada etapa, el programa fue adaptándose a los cambios del mundo de la televisión y reinventándose para mantener su éxito. A continuación, vamos a repasar brevemente cada una de las etapas de «Un, dos, tres».
La primera etapa del programa comenzó en 1972 y fue presentada por Kiko Ledgard. En esta etapa, «Un, dos, tres» ya mostraba el formato que lo haría famoso: un concurso en el que los concursantes tenían que responder preguntas y realizar pruebas divertidas.
En la segunda etapa, que comenzó en 1973, «Un, dos, tres» incorporó a las azafatas por primera vez. Estas elegantes mujeres se encargaban de acompañar a los concursantes y de añadir un toque de glamour al programa.
En la tercera etapa, que comenzó en 1976, «Un, dos, tres» cambió de presentador y fue conducido por José María Íñigo. Esta etapa se caracterizó por la incorporación de nuevas secciones y por un mayor énfasis en el humor.
En la cuarta etapa, que comenzó en 1982, «Un, dos, tres» volvió a cambiar de presentador y fue conducido por Mayra Gómez Kemp. En esta etapa, el programa introdujo nuevos elementos, como el famoso «Teléfono de la esperanza».
En la quinta etapa, que comenzó en 1984, Míchel y Emilio Aragón se unieron al programa como guionistas y actores. Su humor fresco y desenfadado le dio un nuevo aire a «Un, dos, tres» y lo convirtió en un éxito de audiencia.
La sexta etapa, que comenzó en 1987, fue presentada por Mayra Gómez Kemp y contó con la participación de varias azafatas, entre ellas la famosa Victoria Abril. Esta etapa se caracterizó por una mayor presencia del humor y por la inclusión de secciones como «¡Oh, Europa!».
En la séptima etapa, que comenzó en 1988, el programa fue presentado por Teresa Rabal y contó con la participación de Miriam Díaz-Aroca como azafata. Esta etapa se distinguió por una mayor interacción con el público y por la inclusión de nuevos juegos.
En la octava etapa, que comenzó en 1991, «Un, dos, tres» volvió a cambiar de presentador y fue conducido por Jordi Estadella. En esta etapa, el programa introdujo nuevos juegos y secciones como «La puerta del cielo».
En la novena etapa, que comenzó en 1992, «Un, dos, tres» volvió a cambiar de presentador y fue conducido por José Luis Coll. Esta etapa se caracterizó por la inclusión de nuevos concursantes y por una mayor presencia del humor.
La décima y última etapa de «Un, dos, tres» comenzó en 2002 y fue presentada por Luis Larrodera. En esta etapa, el programa mantuvo su esencia original y supo adaptarse a los nuevos tiempos. Aunque esta etapa no tuvo el mismo éxito que las anteriores, fue un digno final para un programa que marcó una época en la televisión española.
El legado de Un, Dos, Tres
«Un, dos, tres» dejó un legado imborrable en la televisión española. El programa se convirtió en un referente del entretenimiento y marcó a toda una generación de espectadores. Su formato innovador, su humor inteligente y su capacidad para conectar con el público lo convirtieron en un programa de culto.
Además, «Un, dos, tres» también dejó su huella en la forma de hacer televisión. El programa demostró que se podía educar y entretener al mismo tiempo, y marcó un antes y un después en la televisión española. Después de «Un, dos, tres», muchos programas intentaron imitar su éxito, pero ninguno logró alcanzar su grandeza.
El legado de «Un, dos, tres» también se ve en la influencia que ha tenido en otros programas de televisión. Muchos concursos y programas de entretenimiento han tomado ideas y elementos de «Un, dos, tres», demostrando su influencia duradera.
Curiosidades sobre el programa
«Un, dos, tres» es un programa que está lleno de curiosidades interesantes. Aquí vamos a destacar algunas de ellas:
– El famoso «¡Me lo pasas!» se convirtió en un lema del programa y se hizo muy popular entre los espectadores. Este gesto, en el que el presentador pasaba el micrófono a los concursantes, se convirtió en un símbolo de «Un, dos, tres» y se utiliza como referencia en otros programas.
– Durante el programa, las azafatas eran conocidas como «las chicas de las maletas». Su papel principal era acompañar a los concursantes y animar el programa con su belleza y elegancia.
– «Un, dos, tres» fue pionero en el uso de las aperturas grabadas. Antes de este programa, las aperturas de los programas de televisión se realizaban en directo, pero «Un, dos, tres» utilizó grabaciones para tener una mayor calidad y un mejor resultado final.
– El programa contó con muchos famosos que participaron como concursantes. Algunos de ellos fueron Raphael, Rocío Jurado, Julio Iglesias, Alaska y los hermanos Calatrava.
– La famosa música del programa fue compuesta por Waldo de los Ríos. Esta pegadiza sintonía se convirtió en un himno y es fácil reconocerla a día de hoy.
– En 2001, «Un, dos, tres» recibió el Premio Ondas al mejor programa de entretenimiento. Este reconocimiento es un testimonio del impacto que tuvo el programa en la televisión española.
Conclusión
«Un, dos, tres… responda otra vez» fue un programa de televisión único en su género. Creado por Chicho Ibáñez Serrador, el programa se mantuvo en antena durante 10 etapas y dejó un legado imborrable en la televisión española. Sus azafatas icónicas, su humor inteligente y su capacidad para conectar con el público lo convirtieron en un fenómeno de la televisión. Aunque el programa ya no está en antena, su influencia perdura y su nombre siempre estará asociado con la diversión y el entretenimiento.